¡Hola Ana Karen!
Imagino que ya no te has de acordar de mí. Estaba viendo que el último mail que te mandé, fue como del 2011 (En aquellas fechas en las que pasó lo de Mane)
Por si no recuerdas (jaja), nos conocimos en el encuentro de CONEICC de 2010, justamente en la mesa sobre gestión cultural en la que estaban ustedes participando.
Te escribo, primero para contarte que no me he olvidado de tí. De ninguno de ustedes. Esa vez, ese momento marcó y cambió mucho de mí. En ese instante no me di cuenta (es decir, para entonces era la emoción que me provocó, pero no exactamente entendía el cambio), pero ahora lo veo y lo compruebo siempre, lo llevo en mis emociones. (Sí, bien cursi pero bien cierto jaja)
Y hoy en especial te contacto, porque quiero enseñarte algo. Cuando los compré, lo puse directamente en donde tengo el espacio destinado para mis libros de Comunicación en mi casa (tu casa). Pero ayer decidí mudarlos de ubicación. Mañana hará un mes que entré a trabajar a la universidad donde estudié y hoy, los tengo justo frente a mí.
Los sigo adorando como cuando los vi la primera vez. Y están aquí conmigo porque aquella vez, me pasó por la cabeza, que si algún día disponía de una oficina para mi solita, ellos serían de los primeros en acompañarme en ella. Y así es.
Te sigo recordando mucho, ojalá retomemos el contacto. Ahí ando en Face, en Twitter, en las redes sociales varias jaja.
Muchas gracias por aquel momento y el mejor recuerdo, que como comprobarás con esto que te cuento, se ha quedado conmigo desde entonces.
Abrazos desde Morelia,