¡ Hola! Ya saben que a mi me encanta compartir mi forma de ver la vida a través de los juguetes y también de las letras, por eso, compartiré mi experiencia con un periódico digital que será lanzado proximamente, con la sección La Arista Positva, aquí de qué va a tratar los escritos que dentro de esta sección que cree para tí podrás encontrar:
Las casas donde vivimos, la habitación en la que nos sentimos seguros, los muebles, bancas del parque… incluso troncos de árbol, prácticamente todo tiene forma poliédrica. ¿Y eso qué tiene que ver con la paz y con la vida? ¡Todo! Inclusive las abejas establecen sus colmenas con poliedros. Las caras son las partes que forman las figuras geométricas y las aristas es el segmento que une dos de esas caras, donde desde mi perspectiva se genera la magia, la posibilidad y se gesta lo infinito.
Lo mismo pasa con el lenguaje, hay reglas finitas que dan la posibilidad de hacer combinaciones infinitas llenas de sentido. En esta sección, podrás acercarte a esa posibilidad de ver otras caras posibles a la realidad en la que vivimos. La armonía del ser tiene que ver con la sutileza con la que al que seguir reglas finitas y concretas, se logra una libertad infinita. Pareciera contradictorio, sin embargo, a lo largo de mi existencia lo he comprobado en más de una ocasión. La gente me pregunta ¿cómo puedes encontrar lo positivo en todo? ¿De dónde viene tu alegría? déjame escribirte que viene de la disciplina diaria. De ejercitar mi mente todos los días, de concentrar mis esfuerzos en cuidar las palabras que escucho, que pienso, que digo, que escribo.
Por ejemplo, no es lo mismo, aunque por encimita parecieran sinónimos decir:
¡Nunca dejes de soñar! Y ¡Sueña todos los días!
El adverbio nunca tiene como definición “En ninguna ocasión” y lo mismo sucede con el verbo dejar, una de sus acepciones es “Separarse o alejarse de una persona o cosa”. Aunque la mente es lo máximo, de pronto no comprende metáforas, o puede distinguir la realidad de lo imaginario, o simplemente entiende literal lo que le dices. Entonces, aunque la intención es alentar a una persona a vivir lo que su corazón anhela, ¡Le estas diciendo lo contrario a su cerebro! Yo creo que por eso hay tantos malentendidos que llevan a conflictos en este mundo. Hay muy buenas intenciones, infortunadamente muy malas ejecuciones y todo está en la arista donde se encuentran dos caras. Mejor dile ¡Sueña todos los días! Ahí sí implicas la actividad de soñar y su continuidad de manera constructiva y en positivo.
Al decir las cosas con claridad, tomando en cuenta los posibles significados de las palabras elegidas, puedes hacer grandes cambios en tu vida y en la gente que te rodea. Empiezo por las palabras, pero igual se aplica a cualquier actividad que realices en tu diario acontecer. Por ejemplo, el otro día fui a tomar un café con una amiga, íbamos en su coche y las calles estaban atestadas de vehículos, no encontrábamos lugar para estacionarlo, sin embargo, íbamos platicando de una vez muy a gusto. Yo observaba con beneplácito la cantidad de árboles en la calle, lo lindo que se veía todo verde y lo fresco del ambiente, en comparación con otras calles sin árboles por las que habíamos circulado hacía un momento. Así que lo expresé. Ella se sorprendió mucho y me dijo, estaba a punto de decir lo enojada que me siento por no encontrar un lugar para estacionarnos, que no había visto lo hermoso de la calle. ¡Tienes razón! y sonrió. (esa sonrisa cambió todo su estado físico, relajó sus músculos, disfrutó el momento y tuvimos un tiempo fantástico) Yo le pregunté, y porqué estás enojada si no hay prisa, de todas formas, venimos platicando, y si no hay lugar aquí, podríamos ir a otro lugar, el punto es convivir, no dónde estar. Aquí el meollo del asunto fue en dónde enfocar la atención, más que en las palabras dichas.
El día de hoy te presento este espacio, de qué se van a tratar los textos que te compartiremos en esta sección que con todo gusto cree para ti dentro de Humanízate, periódico para la paz. Si un día tienes una situación que por más que le piensas no sabes cómo encontrar la arista que te permita hacer un giro inesperado para verlo de forma más positiva, siéntete con la libertad de escribirnos para así, apoyarte en la transformación de punto de vista, e ir nutriendo esta sección con anécdotas que nos sirvan a todos para ir creciendo en paz y libertad, viviendo responsablemente al pulir las aristas de nuestros poliedros internos.
Yo soy Ana Karen Allende Noriega, Lingüista de profesión, juguetera de corazón y escritora por convicción. Hay quien me dice que soy una mujer montaña de carcajada cantarina. La maravilla de jugar y reír todos los días me ha dado esa capacidad de ser resiliente. Te invito a jugar sin importar tu edad, por lo menos cinco minutitos diarios.